Los amortiguadores son un elemento de seguridad muy importante en nuestro coche. Además, también se trata de un elemento que nos proporciona la comodidad necesaria para circular por todo tipo de carreteras.
Pero, con el paso del tiempo, se van desgastando y van perdiendo su eficacia, por lo que resulta recomendable sustituirlos por unos nuevos con el paso del tiempo y los kilómetros.
Unos amortiguadores desgastados afectan a otros sistemas de nuestro coche como la dirección, los neumáticos o la carrocería. Normalmente no lo notamos, ya que se van desgastando paulatinamente y nosotros nos acostumbramos a ellos.
Pero, ¿Cómo podemos saber si es necesario sustituir los amortiguadores de nuestro coche? Para empezar, conviene saber que, aproximadamente con 80.000 kilómetros, los amortiguadores de nuestro coche empiezan a perder su eficacia, por lo que es un buen momento para empezar a plantearnos su sustitución.
También podemos saber que los amortiguadores se encuentran en mal estado si, cuando frenamos, notamos que la parte delantera de nuestro coche se hunde de forma excesiva.
Otra forma de saber que si están mal es cuando circulamos por un terreno irregular y con muchos baches de noche. Si notamos una vibración excesiva en el haz de luz de nuestro coche, puede indicar que tenemos que cambiarlos.
Los neumáticos son una forma muy buena de comprobar el estado de los amortiguadores. Si estos tienen un desgaste muy irregular o si se desgastan muy rápido, es un signo claro del gran desgaste del elemento amortiguante.
Al tomar las curvas, si los amortiguadores se encuentran en mal estado, podemos notar una gran vibración en el volante. Además de esto, si escuchamos ruidos en la parte delantera o trasera de nuestro coche, puede indicarnos que las copelas de la amortiguación se encuentran también para cambiar.
Por lo tanto, si encontramos alguno de estos síntomas en nuestro coche, es conveniente acercarnos al taller para revisar el estado de nuestros amortiguadores y sustituirlos en caso necesario.
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