Con este planteamiento de conducir defensivamente nuestras moto podremos evitar la mayoría de los accidentes tontos. Y es que la línea que separa un susto de un accidente es muy fina y en casi todos los casos somos nosotros los que la delimitamos con nuestra actitud sobre la moto. En ciudad se producen la mayoría de los accidentes de circulación. Ahora que sabemos cómo ir correctamente equipados, es conveniente seguir los siguientes consejos para un mayor disfrute sobre nuestro scooter/moto en cualquier entorno de conducción.
Uso correcto de los frenos en el scooter
En el scooter contamos con dos frenos que son accionados mediante las manetas ubicadas en el manillar. La derecha activa el freno delantero mientras que la izquierda ejerce presión sobre el freno trasero. Algunos modelos cuentan con frenada combinada o ABS (enlace a las tecnologías de la moto) y la propia moto se encarga de dosificar la frenada entre la rueda delantera o trasera.
Pero independientemente de si nuestra moto es antigua o moderna, la metodología para frenar es siempre la misma y, en todos los casos será mediante la combinación de ambos frenos en función de las necesidades y del estado del asfalto.
Frenar sobre la tapa de una alcantarilla puede ser más delicado de lo que parece
Comenzaremos aminorando la marcha con el freno trasero para luego incorporar progresivamente el delantero. La clave está en la progresividad ya que si frenamos de forma repentina y brusca, no habremos dado el tiempo suficiente a que el peso recaiga sobre las ruedas y podremos provocar un bloqueo de la rueda.
Una vez que hemos integrado a la frenada el freno delantero, debemos liberar presión en el trasero en la medida necesaria para evitar que se bloquee ya que la moto desplazará su peso hacia adelante mientras que la parte trasera quedará descargada, siendo mucho más propensa a derrapar.
Lo mejor que podemos hacer es irnos a un aparcamiento desierto y comprobar cómo se comporta nuestro scooter cuando llegamos a las proximidades del bloqueo tanto delante como detrás. Lo podremos hacer a relativamente poca velocidad y así aprenderemos a sentir el efecto de los frenos y su tacto cuando circulemos normalmente.
Conducción en lluvia
Aunque en muchas de nuestras ciudades se disfruta de un clima que permite usar la moto casi todo el año, en ocasiones nos veremos obligados a circular con lluvia o con el pavimento mojado. Debemos ser muy precavidos y hacer todo con mucha suavidad. Aunque el charco sea pequeño puede ser muy profundo y salpicar mucha agua, al margen de que nunca sabemos lo que puede haber debajo.
Aceleraremos progresivamente al igual que aplicaremos los frenos con más suavidad y aumentaremos la distancia de seguridad para los casos en los que necesitemos frenar por una emergencia. Además, evitaremos pisar las marcas viales u otros objetos que haya en el asfalto como alcantarillas, rejas o similares. Son extremadamente deslizantes y podremos sufrir una caída repentina debido al brusco cambio de adherencia. Es muy importante también que inclinemos menos que como lo haríamos en seco.
La iluminación en casos de lluvia o poca visibilidad cobra especial importancia. Comprobar que funcionan correctamente las luces delanteras, trasera e intermitentes y que sus ópticas están limpias. De igual forma, usemos en el casco una pantalla transparente y si puede ser con sistema anticondensación, mucho mejor para evitar que se nos empañe. No está de más llevar un traje de agua o similar debajo del asiento para evitar mojarnos ya que es muy incómodo conducir con la ropa completamente mojada.
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