Un radiador en funcionamiento es esencial para evitar que tu carro se sobrecaliente. El refrigerante líquido, calentado por el motor, se canaliza a través del radiador, donde se enfría por medio de un intercambio de calor. Con el tiempo, la suciedad se acumulan en el interior del radiador y el refrigerante se vuelve menos eficaz, lo cual puede disminuir el rendimiento de tu motor y el consumo de gasolina. Lavar tu radiador con regularidad, por lo general una vez cada dos a cinco años, mantendrá tu carro funcionando sin problemas.
– Asegúrate de que el motor se enfríe por completo. No serás capaz de funcionar de otra manera. El motor está más frío cuando no ha sido operado por lo menos dos horas. Este paso es de vital importancia porque el refrigerante en un motor usado recientemente puede estar muy caliente y puede causar lesiones si entra en contacto con la piel.
– Levanta la parte delantera del carro. Si bien no es estrictamente necesario, levantar la parte delantera de tu carro hará que sea más fácil trabajar debajo del radiador y además ayuda a eliminar las burbujas de aire del refrigerante al vaciar el radiador.
– Levanta el capó y localizalo. normalmente se encuentra cerca a la parte delantera del carro, al lado del motor. Limpia las láminas de metal en la parte delantera y trasera del radiador que permiten que el aire se mueva, con agua jabonosa y un cepillo de nailon, quita todos los insectos muertos y los desechos del radiador con el cepillo en la dirección de las aletas del radiador (no en contra, ya que esto puede causar daños a las aletas).
- Quizás no sea posible limpiar las láminas de metal, pues el condensador de aire acondicionado a veces se encuentra montado en frente del radiador, bloqueando así dichas láminas. Asegúrate de que el radiador existente funcione correctamente y esté en buen estado. Busca grandes manchas de óxido, corrosión o mangueras y tubos con fugas. Por ejemplo, si puedes oler el anticongelante mientras manejas, es posible que tu carro necesite una reparación más compleja que un simple lavado.
- La tapa del radiador lo mantiene presurizado. Se compone de un muelle en espiral que se extiende entre una tapa de metal plano y ancho, y un sello de goma. La tensión entre el sello y el muelle es lo que permite que el radiador mantenga la presión adecuada. Si alguna parte está gastada, es posible que la capa necesite un reemplazo.
- Dos mangueras salen del radiador. La que está en la parte superior es por donde ingresa el refrigerante caliente hacia el radiador mientras que la inferior es por donde el refrigerante enfriado ingresa al motor a través de la bomba de refrigerante. Asegúrate de que ninguna de estas mangueras haya colapsado, pues evitará que el refrigerante fluya correctamente.
– Acomoda en el centro la bandeja de drenaje por debajo de la válvula de drenaje del radiador. La llave de purga viene en diferentes formas y tamaños, pero en general son pequeños tapones que puedes tirar para drenar fluidos. Pon un recipiente debajo de la llave de escape para atrapar todo el fluido cuando lo drenes.
- La llave de purga generalmente está unida a la base de uno de los tanques y es la única llave que encontrarás en ese lugar.
- Es posible que tengas que quitar una pequeña cubierta de plástico debajo del radiador para llegar a la válvula de drenaje. Esto lo puedes hacer con un destornillador.
– Drena el radiador sacando la llave de purga. Asegúrate de usar guantes de trabajo para este paso ya que el refrigerante del radiador es tóxico. Una vez que hayas drenado el refrigerante, pon una tapa sobre el recipiente en donde lo hiciste y déjalo de lado.
- Lleva el líquido a un mecánico para que lo recicle.
– Lava el radiador con agua. Drenarlo solo eliminará entre un 40 y 50 % del viejo refrigerante, así que necesitas lavarlo con agua para eliminar el resto.
Para hacerlo, haz lo siguiente:
- Vuelve a colocar la llave de purga en el radiador.
- Coloca una manguera de jardín en el conducto y llénalo hasta que veas la línea del agua.
- Arranca el carro y déjalo encendido durante 10 minutos. Deja que se enfríe antes de regresar a él.
- Retira la llave de purga y deja que el agua nueva drene en una bandeja. Esta agua estará contaminada con el líquido refrigerante tóxico que aún se encuentra en el radiador, por lo que también es necesario reciclarla. No permitas que caiga al suelo.
- Repite este proceso de 2 a 3 veces.
- También puedes comprar soluciones de limpieza de radiadores para añadir al agua. Asegúrate de drenar toda la solución antes de volver a llenar el radiador con el refrigerante.
– Añade nuevo refrigerante. Un refrigerante ideal consiste en un 50 % de agua destilada y el 50 % restante de anticongelante. Combina estos dos ingredientes juntos antes de verterlos en el radiador. Asegúrate de comprar el refrigerador adecuado para tu carro.
- Revisa el manual para obtener algunas sugerencias con respecto al refrigerante o lleva tu carro al taller mecánico (con toda la información respectiva, por supuesto) más cercano para obtener algunos consejos. Asegúrate de anotar la cantidad de refrigerante que necesitas; esto puede varias de 6 a 18 cuartos.
- La mayoría de los carros utilizan el refrigerante verde, pero Toyota necesita específicamente el rojo. El refrigerante anaranjado es más nuevo y supuestamente tiene una vida útil más larga, pero es mejor usar el mismo cada vez que lo cambies.
- Mezclar refrigerantes puede provocar la coagulación de este, lo que requerirá reparaciones más costosas.
– Purgalo dejando la tapa abierta y arranca el vehículo. Deja que funcione durante 15 minutos con la calefacción encendida para permitir que todas las burbujas de aire salgan del radiador. Esto le dará más espacio al refrigerante, así que asegúrate de añadir más hasta llegar a la línea de tope de nuevo.
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