Cuando un auto presenta un desperfecto es necesario llevarlo al mecánico, ya que los autos son objetos muy deseados, preciados y necesarios para la ida diaria, pero no debemos olvidar que los autos son máquinas, y como tal pueden fallar en cualquier momento. Sin embargo, cuando lo llevamos a un profesional, a veces nos da temor, ya que, es muy común escuchar historias de terror de estos individuos de las reparaciones automotrices, que gustan de engañar y estafar a los inocentes clientes.
1. La elección del taller
La primera decisión es elegir a dónde llevar a tu vehículo. Existen dos opciones básicas: el taller oficial avalado por la marca del auto y el taller alternativo. Ya sea porque quieres conservar la “pureza” de tu auto o por economía, lo más importante al elegir el taller es que éste extienda una garantía de su trabajo, por lo que debes preguntar siempre qué te ofrece cada una de tus opciones.
2. Pregunta los costos de revisión
Algunos talleres cobran por revisar tu auto, otros no lo hacen. Antes de llevar tu bólido al taller, asegúrate de saber si el taller cobra por hacerte un diagnóstico/presupuesto o no, así podrás ajustar tus finanzas de una manera más adecuada.
3. ¿Cambio de pieza o reparación?
Una de las situaciones más comunes es que un mecánico examina tu coche por 47 segundos y luego sentencia que una pieza se ha dañado y es necesario cambiarla. Este es un gran foco rojo, pues el mecánico ni siquiera ha tocado el motor y puede que sólo intente venderte el repuesto. En fin, lo más importante en este caso es que preguntes primero exactamente cuál es el daño que presenta la pieza y cuánto costaría repararla, esto sacará de balance al mecánico y argumentará (seguramente) que costaría más reparar la pieza que comprar una nueva. Exige el presupuesto de reparación, así al menos el mecánico sabrá que está tratando con un “hueso duro”.
4. ¿Me da mi basura por favor?
Es normal que se necesiten cambios de piezas en el auto (después de pasar por el episodio del consejo 3). En estos casos, pide que te entreguen la caja o empaque de la pieza nueva y tu pieza descompuesta; esto es para comprobar que realmente te han cambiado una pieza vieja por una nueva.
5. Las piezas que no son de marca pueden ser una buena opción
En el mercado existen refacciones originales de marca y refacciones de otras marcas; si bien es recomendable instalar refacciones originales del auto, si lo que buscas es economizar puedes revisar otras opciones. Existen piezas chinas de baja calidad, pero generalmente las piezas japonesas y coreanas presentan una calidad idéntica a las originales por una fracción de su precio.
6. ¿Me lo repite, pero en español, por favor?
Es común que el mecánico, ya sea antes o después del servicio, te explique qué se le va a hacer al auto, pero lo hacen de una manera muy extraña, utilizando una gran cantidad de tecnicismos y hablando sumamente rápido sobre la chafaldrana de la espericueta. Esto confunde a los clientes que, en ocasiones, aceptan pensando en un procedimiento complicado cuando el “tratamiento emperifollante de herramienta textil” significa sólo pasarle un trapo húmedo para limpiar. Exige que se te explique, de manera sencilla y paso a paso, así entenderás mejor todo lo que sucede y sucederá con tu auto.
Al final de cuentas, los buenos mecánicos y los malos se hacen de fama, por lo que nunca está de más pedir recomendaciones a amigos, compañeros de escuela/trabajo y a familiares, pues un buen mecánico siempre será recomendado por todos.
Cuéntanos una historia con un buen o mal mecánico.
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