Las distracciones al volante son la segunda causa de siniestralidad en nuestro país, lo que se traduce en que más del 35% de los accidentes acontecidos en carretera podríamos erradicarlos evitando las distracciones del conductor.
Excesos de confianza:
Concienciarnos de que es nuestra vida y la del prójimo la que está en juego es vital, pues a menudo el exceso de confianza nos hace relajarnos cuando hacemos frecuentemente el mismo viaje y esto nos hace bajar la guardia.
El peligro de la tecnología:
Usar la tecnología a nuestro favor y no en contra, ya que tanto el navegador como la radio pueden agilizar el camino o amenizarnos la conducción, pero si estamos continuamente usándolos nos ponemos en peligro. Lo ideal es programar la ruta antes de salir y tratar de cambiar de emisora durante las paradas.
Nuestra dependencia del teléfono móvil:
Se aconseja apagar el teléfono móvil ya que si contestamos llamadas, aunque sea con manos libres, disminuimos nuestra capacidad de atención, dejamos de mantener una velocidad constante y la distancia de seguridad con frecuencia se vuelve insuficiente. Si además atendemos mensajes perdemos de vista la carretera y quitamos las manos del volante, aumentando así el tiempo de nuestra capacidad de reacción.
Malos hábitos al volante:
Debemos luchar contra los malos hábitos como fumar, maquillarse, comer o beber ya que no son actividades nada recomendables cuando nos encontramos ejerciendo la conducción y multiplican las posibilidades de sufrir un accidente.
Medicamentos y bebidas alcohólicas:
Estar frescos y despejados es clave para conducir ya que bajo los efectos del alcohol, medicamentos o el cansancio no somos nosotros mismos. Realiza una parada en un área señalizada y descansa hasta que te encuentres en condiciones de controlar el vehículo.
Recordar que en cualquier caso, no se recomienda en absoluto practicar la conducción tras haber ingerido alcohol o medicamentos que afecten a nuestras capacidades.
El entorno:
Los que nos rodean cuando conducimos son cruciales, pues son tan peligrosas las discusiones como los arrumacos y hay que llevar a los niños o las mascotas siempre con la sujeción adecuada para que podamos concentrarnos en lo que hacemos.
Actos impredecibles:
Es necesario estar preparado para los imprevistos ya que hay muchas cosas que no podemos saber si van a suceder o no, pero tenemos que tener claro cómo actuar. En caso de deslumbramiento, encontrar un animal suelto en la carretera, presenciar un accidente, que entre un insecto en el vehículo,… Es preferible parar tantas veces como sea necesario a conducir sin tener realmente los cinco sentidos en la carretera.
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