Uno de los esfuerzos físicos más difíciles de medir tal vez sea el que realizan el ciclista, por ello es necesario contar con una buena alimentación y alcanzar los más altos consumos de calorías para el efecto sobre la actividad atlética.
Durante el esfuerzo, si la ración alimentaria es insuficiente, el organismo obtiene energia de los lípidos, operación que requiere una cantidad de oxígeno mayor con un consecuente aumento del ritmo cardíaco y respiratorio.
Por ello, la dieta del ciclista debe prever y regular una alimentación balanceada, optando durante el desayuno alimentos fácilmente digeribles pero sustanciosos, como por ejemplo pan o galletas con miel o mermelada, cereales, té dulcificado con fructosa, entre otros.
Asimismo, durante el almuerzo se deben ingerir platos simples o platos únicos, tales como pasta con salsa de tomates frescos y albahaca, bocadillos de jamón serrano, etc. mientras que para la cena, es necesario consumir verduras, quesos, carne blanca, pescado, arroz y verduras.
De otro lado, en periodos de entrenamiento intenso o antes de las competiciones la alimentación normal sufre cierta unión, gracias a la introducción de tentempiés a base de carbohidratos, tipo snack con cereales, bananas o fruta seca.
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